Siempre tuve el deseo de ser mamá. En Argentina muchas de mis amigas fueron madres jóvenes, a nuestros veintipicos, y yo ya en ese entonces creía que iba tarde. Con 29 y sintiéndome fallada por no estar emparejada migré. Después de dos años y habiéndome estabilizado volví a pensar en la idea de maternar, pero esta vez era distinta. Los mandatos ya habían decidido por mí que a mis 31 era imposible conocer una persona con la que compartir un proyecto en común. Incluso si pasaba, conocer a alguien y que la pareja se consolide me iba a tomar muchos años, entonces, ¿cuándo iba a tener hijes? ¿Pasados los 35? Así fue como empecé a darle un poco de vueltas a la posibilidad de criar sola. Como buena planificadora nata diseñe un plan de acción infalible: ahorrar uno o dos años, hacerme una in vitro y volver a Argentina a parir y compartir la crianza con la familia y amigues cercanos.
Por suerte nada de eso pasó. A mis 32 conocí a un pibe que me gustó mucho, tanto que decidí agarrar el camino largo al que tanto me resistía. Le hice pito catalán a las decisiones que el mandato tomó por mí y salí rajando en dirección contraria. En ese camino de conocer, y descubrirse en un nuevo vínculo me acerqué al feminismo, fui deconstruyendo algunas fantasías, arranqué una carrera, y ese deseo de tener hijes quedó en estado de latencia. Lo más importante de esos años fue que me di cuenta de que no quería hacerlo sola, y que, si el deseo de no era compartido con mi compañero, mejor que no sea.
Hoy, después de 6 años en pareja, con 38 pirulos y próxima a recibirme vuelve con fuerza el pajarito carpintero del patriarcado a taladrarme el bocho: todavía no sos madre y el reloj biológico no te va a esperar, es ahora. Lo pienso, fantaseo y me parece lindo, pero dudo. La etapa del bebé es todo un tema, me da mucha vagancia pasar meses sin dormir, limpiar genitales con caca, ser una especie de teta andante y oler a vomito todo el día. Además, estoy laburando de lo que me gusta, sintiéndome realizada y en un vínculo de pareja lindo y sano. Y si soy sincera vivo lejos de los míos, no tengo red y aca la vida es más individualista. ¿No va a traer la maternidad un desbarajuste de todas estas cosas que por fin se acomodaron en mi vida? ¿Cuándo voy a volver a tener tiempo para mí? ¿voy a poder criar sin el sostén de mi red y sin morir en el intento? ¿Voy a ser una madre de mierda por no querer renunciar a mis otras facetas por fuera del rol de madre?
Todavía no tengo respuesta a esas preguntas. ¿Las tendré antes de que se me pase el arroz?