Migrar te transforma

Yo no tenía muchas expectativas sobre vivir en España, nadie en mi familia había migrado nunca, jamás pensé que iba a tener la posibilidad de vivir en algún país europeo. Migrar no era algo que esté en mi imaginario ni con lo que había fantaseado alguna vez. Simplemente un día conocí un español más majo que todas las cosas y ‘chin pum’ 6 meses después hice mi maleta y me mudé a Madrid. Tal vez esa era la única expectativa, compartir mi vida con él (por suerte esa parte se cumplió con creces). Pero todo lo demás que implica migrar la verdad es que me tomó por sorpresa. 

Algo que jamás había tenido en cuenta es que salvo que migres con mucho (mucho) dinero y dispongas de cierto estatus, cuando migramos del sur al norte bajamos una clase social. No importa si te criaste en el centro de Palermo, en un colegio privado y tus mapadres son ambxs universitarios. Cuando nos vamos a vivir a otro país, aunque tengas el pasaporte bordó en vez del azul, pasas de ser ‘ciudadanas’ a ser ‘migrantes’. Aunque esto alguna vez me haya hecho sentir incómoda o fuera de lugar también me hizo sentir orgullosa y me ayudó a encontrar en otras personas migrantes un sitio donde hacer hogar. 

Sin dudas, lo que más me sorprendió de migrar fui yo misma. Me sorprendí siendo insegura, me sorprendí dependiendo económicamente de alguien, me sorprendí al reconocerme un poco más patriota de lo que creía y me sorprendí un tiempo después recuperando mi confianza y pareciéndome mucho más a esa versión de mí que pensaba que se había quedado en BsAs.

No sé si el haber migrado a las prisas, sin mucho plan ni fantasía fue algo bueno o malo. Lo que sí sé es que migrar es un proceso único para cada persona y que te cambia la forma de ver y habitar el mundo. Migrar es una experiencia sumamente transformadora, a veces para bien y a veces para mal, no importa cuáles hayan sido tus expectativas.

Deja un comentario

Carrito de compra
Abrir chat
💬 ¿Necesitás ayuda?
Hola 👋🏻 Estamos disponibles para ayudarte!