Madres de telenovela

Por María Etcheverriborde para MQNFT

Conozco muchas madres, pero las que más conozco son las de la tele. Las vi llorar, perder lxs hijxs, reencontrarse con lxs hijxs, discutir con lxs hijxs, hacer múltiples cosas por sus hijxs, y también dejar de hacerlas. Las vi maternar solas, acompañadas, locas y arrasadas. Las vi llorar por falta de casa,  dinero, comida y marido. También las vi morirse y comunicarse desde el cielo con sus hijxs, para que estos ayuden a sus maridos a conseguir sus reemplazos. Las vi aceptando trabajos horribles, postergando sus proyectos,  soportando vínculos violentos, fumándoselas por el  amor de madre.  

Vi modelos de maternidades, modos de ser, de pensar y de habitar la figura de «buena madre». Cabe destacar que si bien hay similitudes en los «modelos de madres» propuestos por el género, hay variaciones propias de cada región de Latinoamérica, ( y ahora se suman las musulmanas y árabes). Estas añaden mandatos religiosos, mayores grados de violencias  por motivos de género, menor autonomía, mayor cantidad de hijxs, menos independencia económica, y más precarización laboral. 

En la novela los personajes de madres no son autónomos, todo lo que les pasa les sucede por ser madres, y es la propia maternidad la que las vuelve vulnerables. El objetivo siempre es la felicidad de los hijos y su bienestar, y el principal obstáculo es todo lo que se pone en juego en ellas por serlo. Son así su propia trampa. Cada obstáculo será una prueba que reafirme su amor, y aunque se  ponga en juego la dignidad, la vida, la salud mental o tu propio deseo, deben cumplir porque eso es lo que hacen las buenas madres. Y el hecho de ser buenas madres, en el futuro también les puede valer para obtener otros amores: por ejemplo el de un «buen tipo». 

Es frecuente que la sucesión de obstáculos, aguade en silencio la llegada de  EL GALÁN  que traiga pan, techo,  trabajo y estabilidad. Y tal vez algún nuevo bebe que reafirme que son una FAMILIA y que vivirán felices x100pre. 

Lo peligroso de estos relatos es que son los únicos, y aunque se actualizan y modernizan, continúan vigentes, instalando y revalidado  en el imaginario social un único modelo válido desde el cual transitar la maternidad.  

A su vez reafirman que la salida de ese mundo que no conforma y que no va bien, es algo que llega por fuera y de la mano de un hombre: un príncipe azul, versión separadas. 

Pero principalmente porque naturaliza las múltiples violencias que son vividas a diario por miles de mujeres, enalteciendo la figura de la madre abnegada como algo positivo

Fortaleciendo la idea de que la mujer nació para criar, y con el aporte económico  de un hombre basta.

La queja entonces, se habilita en breves momentos, siempre asociados a la falta de salud,  ya que se instala que la queja es contraria al amor. Porque el amor es inobjetable, perfecto, e incondicional. Aún depresivas, recién cosidas, rotas, sacadas, rodeadas de compañeros que poco acompañan, debemos saber que hacer, y explicar con múltiples herramientas  pedagógicas como hacerlo. 

Pero ojo, porque también en su alianza con el capitalismo, el patriarcado- con la novela como relato destinado a nosotras- convierte a la maternidad en el  lugar desde donde justificar y naturalizar la propia- y externa-  explotación y precarización

Habrá que poner al príncipe azul a mirar la novela y preguntarle si él elige para sí el  lugar que nos reservaron en la historia. Porque el rol de la novela se parece mucho al de la vida real, y la verdad,  no sé si lo quiero.

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