EPISODIO 1
Consultorio de uroginecología.
(Mi prepaga no tiene uroginecólogAs en cartilla)
Después de una hora y quince minutos de espera tengo la ansiada consulta con un uroginecólogo. A los pocos minutos, a través de un cuestionario que pretendía aproximarse a la integridad de mi salud, el profesional me pregunta a qué me dedico. Ante mi respuesta, afirma: “Qué bueno que existen mujeres como vos”. Y sigue: “Yo tengo un amigo al que ayer la mujer le hizo una denuncia penal falsa. Ni en los chicos piensan. Yo entiendo que te quieras separar. Pero lo penal no lo entiendo”. Sin pedirme autorización, me relató la situación. Cuando terminó el relato me preguntó qué pensaba. Le contesté que para que a la ex mujer del amigo le hayan tomado la denuncia, el relato de los hechos fue verosímil. De lo contrario no se la hubieran tomado.
El profesional cambió de tema y volvimos a mi malestar físico. De los efectos negativos que tuvo su avasallamiento en mis oídos, estómago y mente, él no se ocupa.
Salí de ahí pensando en el poema Resista de Natalia Carrizo.
Desde junio, el poema va y viene en mi cabeza. Por momentos me da esperanzas. Y en otros, me inquieta, me llena de preguntas.
Resistir, afirma, es imperativo pero ¿de qué manera?. Releo el poema, busco respuestas.
“Renuncie a la resignación”, dice Carrizo.
Entonces pienso en los feminismos y en ustedes, compañeras, con quienes me nombro feminista.
El feminismo es un movimiento diverso, a tal punto que muchas de nosotras cuando lo nombramos no decimos “el feminismo”, sino “los feminismos”, como un modo político de abrazar la diversidad y aceptar sus diferencias.
Pero más allá de las distintas corrientes, hay algo en lo que todos los feminismos coinciden y es que LO PERSONAL ES POLÍTICO.
Con esta frase los feminismos se erigen como un sistema de pensamiento transversal a la vida diaria, la política partidaria, los posicionamientos teóricos y las prácticas profesionales. En eso no hay discusión y coincidimos todas. Es esta frase la que nos funciona como brújula y nos habilita a cuestionar nuestro estar en el mundo.
Cuando decimos #NOSTENEMOS, #HERMANASOLTALANOVELA O #HERMANASOLTALAPANZA, nos permitimos sostener que tenemos derecho a, como dice Lala, vivir una vida en nuestro nombre. Y agrego: a no aceptar los machismos cotidianos, la misoginia instalada y los múltiples sentidos comunes que nos generan tanto sufrimiento diario. Adentro y afuera de casa.
EPISODIO 2
Cumpleaños de un familiar político.
Ante un comentario que hice sobre una situación laboral, concuñada me dice: “yo a vos te pago el sueldo”. Me quedé muda. No por falta de argumentos para explicarle que lo que decía era mentira, sino porque no supe cómo tramitar físicamente el odio que descargó a través de sus palabras.
“No practique la empatía con los hijos de puta”, insiste la poeta.
Qué difícil no practicar la empatía. Especialmente para nosotras, socializadas como mujeres. Educadas para comprender, maternar, agradar, acompañar, contener, sostener y nunca incomodar. Aunque eso implique perjudicarnos a nosotras mismas.
Desde las PASO dudamos de cómo enfrentarnos a esta nueva realidad: gente que se siente más león que humana, pasea la melena con orgullo. Otros, hacen chistes de los que sólo se ríen ellos. Y todos saben de economía, ignorando que es una ciencia social, no una ciencia exacta.
Y nosotras nos preguntamos qué hacer, cómo relacionarnos con ellos, sabiendo que lo que enuncian nos perjudica y nos daña. No a las mujeres en abstracto, sino a cada una de nosotras, en nuestro día a día. En lo personal.
La pregunta nos surge porque es imposible no sentirnos violentadas ante esta gente. Porque la ideología que portan es el mapa que les guía la vida cotidiana, la percepción que tienen de ellos mismos y de los otros.
Entonces, cuando miramos esos rostros que se llenan la boca de consignas de muerte, no podemos pensar en abstracto la ideología que enarbolan. Porque el odio que destilan, nos penetra el corazón y la osamenta.
Entonces, me habilito a invertir la frase lo personal es político y afirmo: Lo político es personal. Y esto significa que las ideologías no se eligen ingenuamente y desde la ignorancia. Se eligen con la cabeza, pero más que nada con el corazón.
Me duele cuando lo escribo, pero no puedo escudarme en la ingenuidad.
EPISODIO 3
En el trabajo.
Usé la palabra revictimización para señalar una práctica que involucraba a una consultante que acudía por abuso sexual infantil. Esto dio origen a una conversación teórica/ ideológica sobre el concepto. Me siento cómoda en mi trabajo. Soy respetada por algunos de mis pares. Es con ellos con los que construyo teoría y práctica. Los defensores del status quo ya no se me acercan. Saben que conmigo no hay garantía de impunidad.
“Encuentre entre sus afectos la ciudad habitable», insiste la poeta.
Pienso en mí y en ustedes y me pregunto cómo vamos a habitar la época que nos toca vivir.
Me vienen a la mente los encuentros de MQNFT, en los que conversábamos sobre soltar los mandatos. Pero no desde un lugar de autoayuda, con el único objetivo de beneficiarnos individualmente. Sino como un posicionamiento de responsabilidad hacia nosotras mismas y hacia las otras. Una postura profundamente feminista, que sostiene la tensión entre lo individual y lo colectivo, que nos dice que no estamos falladas y que #NOS TENEMOS.
Este colectivo es la invitación a cuestionar los lugares que habitamos. Sabiéndonos acompañadas por mujeres que afirman su rechazo al patriarcado y sus consecuencias mortíferas.
Por lo tanto, nos animamos a preguntarnos cómo transitamos nuestra vida cotidiana sabiendo que #NOS TENEMOS. Y mientras lo hacemos vamos a compartir la certeza de que lo PERSONAL ES POLÍTICO. Y, por qué no, también, que lo POLÍTICO ES PERSONAL.
«Los defensores del status quo ya no se me acercan. Saben que conmigo no hay garantía de impunidad.» Esto quiero lograr en mi vida. Constantemente evito incomodar a los que me incomodan.
Gracias por el blog