Y la culpa no era mía

Desde hace varias semanas en diferentes latitudes, se realiza una acción que nació de compañeras chilenas de @lastesis. Se convirtió en un himno que en todo el mundo se canta. Porque las opresiones son las mismas en todas partes. El texto tiene una parte que se repite, y dice “Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía” y “el violador eres tu”

Estos días, vimos azoradas, indignadas, descompuestas del asco, como estas palabras que nos nacen desde las vísceras y gritamos desde lo más profundo de nosotras son apropiadas para burlarse de nuestras luchas, para vender, para ridiculizarnos.

En estas imágenes algunos ejemplos, un estudiante y sus amigos que festejan el egreso universitario envuelto en una bolsa de plástico -como una víctima de femicidio-, con un pañuelo verde al cuello y un marco que dice “la culpa no era mía”, un pizarrón de bar cualquiera, un boliche que se promociona con fotos de chicas con pañuelo verde de la campaña a favor del aborto legal, seguro y gratuito, dice “ Y la culpa no era mia si fui a Your Club mientras tu dormías”. Son algunos ejemplos, seguramente habrá miles en todos los países.

Son mensajes iguales, idénticos. ¿Qué dicen?
Que no importa que nos estén matando como moscas, que no es serio, que en parte es gracioso. Que no importa que seamos millones en todo el mundo diciendo lo mismo.

Que les da risa, que no se van a hacer cargo de que son responsables, están diciendo que no van a revisar su masculinidad construida por una cultura patriarcal, misógina y machista que los jerarquiza por sobre nosotras, pero que también de otras formas los oprime y deshumaniza

Y antes que lo escriban, claro que no todos los varones, pero los que no, deberían empezar a hablar con los que si, porque esto responde a la lógica corporativa de la masculinidad, al pacto entre varones, el círculo de lealtades y complicidades que nos violenta, nos oprime y nos mata. Esa lógica que reproducen para ser parte de la corporación masculina, porque no serlo los violenta y los segrega, la tienen que romper ellos. Y necesitamos empezar a exigirlo a todos los q nos dicen “no todos” o “yo no”. Callarse es ser cómplice.

Nuestro total repudio.

4 comentarios en “Y la culpa no era mía”

  1. Además de la ignorancia en el más amplio sentido,deshumanización,minimizar para seguir sosteniendo un sistema que agrede,mata y lo que es más importante con su burla o con su silencio ,intenta seguir robusteciendo un patriarcado que no construye ,muy por el contrario desdibuja y anula al otro género.De todos modos como todo tiempo de cambios,trae sus avances y retrocesos,lo importante es visibilizar cada vez que un acto absolutamente repudiable a pesar de lo que una pequeña minoría quiere. La educación está en la casa y en la escuela.
    No siempre estás instituciones están a la altura de las circunstancias,muy por el contrario son cómplices y confunden .Por eso es importante seguir en la demostración de lo que ocurre y no relativizar ,ni estigmatizar a quienes están sufriendo.

  2. María de los Angeles Forte

    «Tenemos que hablar»; sip pero EDUCAR desde muy tempeano, desde las escuelas, desde los prescolares, EDUCAR xa que las masculinidades «que no son iguales»; sientan que «no están solos, que capaz son pocos pero que cada uno que está dispuesto a luchar contra la misoginia ES IMPORTANTE!!!
    Pero ése cambio es desde la institucionalidad que a semejanza del «boliche»; se burlan (no abiertamente pero sí x omisión)

  3. Total acuerdo con los comentarios anteriores. Y subrayo la invitación a los varones que dicen o piensan «yo no», a que presten su voz entre sus pares. Que saquen del closet sus opiniones a favor de las disidencias y dejen de ser condescendientes con los machirulos.

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