Mientras los medios del mundo hablan de nosotras ocupando las calles con nuestros reclamos, las revistas resisten en la trinchera del pasado, intentando como sea que no cambie nada.
Mostrándonos un modelo, una forma de ser mujeres que ya no va más, son la propaganda de un sistema que promueve y reproduce estereotipos, que nos quiere alienadas en la apariencia, sin sueños, con el deseo adormecido, consumiendo cosas que no necesitamos pero también nuestro tiempo y nuestras identidades.
Un modelo que nos muestra impotentes, incapaces, banales, y superficiales, mirándonos el ombligo. Un modelo que dice que lo único que les importa a las mujeres es enamorarse, tener un marido, hijos y compartir sus tips de belleza. Lo mismo que leímos en 100 tapas iguales a ésta.
Cuerpos editados (las piernas de las mujeres de la revista Caras son inverosímiles) para que lo hacen? Para mostrarnos siempre algo irreal que nos afecte, que nos haga mal.
Se resisten, temen que nos demos cuenta de nuestro poder, del poder de encontrarnos y pasar a la acción.
De esta manera se nos invisibiliza del presente y del futuro, del relato de la historia, así ha sido hasta ahora.
Hagamos para que ya no lo sea.