Muchas veces cuando hablamos de la imposición de los stándares de belleza, los estereotipos y la cosificación, nos llegan comentarios -de varones y mujeres- diciéndonos FEAS. Dicen que hablamos por FEAS.
A veces nos da risa, a veces pensamos que la comprensión lectora falló, a veces nos da pena lo atravesadxs que estamos por la cultura. Otras veces nos enojamos.
Muchas veces también nos llegan mensajes de chicas, mujeres grandes o jóvenes, mujeres que alguna vez fueron niñas, que sufren, que están sufriendo, que sufrieron, por FEAS, a veces nos escriben docentes contándonos de sus alumnxs pequeñxs a lxs que les hacen bullying o sufren bulimia o anorexia a los 7, 8, 10 años.
Algunos de esos mensajes están en la tapa de Nosotras de hoy.
Cuando nos llegan a veces lloramos, a veces nos ponemos tristes, a veces nos enojamos, Muchas veces nos enojamos, y decimos, basta. Basta de esto. Basta. Y le damos vuelta a la cosa.
¿Cómo se pone en marcha ese basta? ¿Cómo nos rebelamos contra esto las que no encajamos en el modelo. Las que no lo encarnamos. Las que no queremos encarnarlo, ni entregarle nuestra energía vital, ni nuestros sueños?
Las que no somos mujeres blancas y rubias, lo más rubias que se pueda. Las que no tenemos cuerpos “perfectos”, ni el pelo largo sin friz, las que no aparecemos desnudas y sexualizadas, las que no nos editamos, las que no usamos filtros, las que no nos hacemos editar por el Doctor o la Doctora especialista en Medicina Estética que venden rellenos y lipos como si fueran Tic Tacs. Las que no parecemos jóvenes, las desarregladas, las que no tenemos la piel como el eco cuero, lisitas, muy muy lisitas, sin granos, sin marcas, sin pelos, y sin poros. Las que no somos madres felices de bebitos hermosos, rubios de preferencia rubios, aunque haya que comprarlos. Las que no nos casamos, con hombres “hermosos” adinerados, “famosos” y editados. Las que somos FEAS.
Y por FEAS nos hacen bullying, y por negras, y por viejas, por gordas. Somos las no depiladas, las granudas, las tetonas, las culonas, las desarregladas, las flaquitas, las sin teta y sin culo. Las asimétricas, las del culo con pozos, las narigonas las cejudas, las sin cejas, las de pelo lacio, las de rulos, las indomables, las muy altas las muy bajas. Las sin pestañas, las dientudas, las sin dientes, las de encías anchas, las de dientes manchados, las con poros, las de poco pelo, las peludas, las sin depilar, las sin maquillar, las pobres, las sin trabajo, las discapacitadas.
Las feas también somos las que no nos queremos casar, las que no queremos tener hijos, las locas, las malas, las que piensan demasiado, las que no dan la teta, las que dan mucho la teta, las que laburan todo el día, llas que alzan la voz, las que luchan, las que “están enojadas” y “discuten por todo” las feministas, las incogibles, las que quieren cojer.
Las FEAS somos millones, somos el 99%, somos casi todas, porque en el molde no encaja nadie y de eso se trata. Que el molde sea imposible, que tenga los bordes afilados para que nos vaya cortando los pedazos que nos sobran, el borde es el bisturí de la “medicina estética “ que podés pagar en cuotas y con tarjeta, y si te morís a quién le importa, la culpa es tuya por no aceptarte como sos. Te morís por FEA
¿Cómo nos rebelamos las FEAS?
Primero resignificando. FEAS querrá decir para nosotras a partir de hoy, Fuerte En Acción Sorora, fuertes en la acción sorora de escuchar, decir, sostener y compartir.
Y la primera acción de rebeldía es romper el silencio. Porque cuando una habla todas sanamos. Hoy empezamos nuestra rebelión como empiezan siempre las rebeliones, hablando diciendo, contando nuestras historias, lo que alguna vez nos dijeron en la calle, en un negocio, en un boliche, en el laburo, en la cama, las palabras que nos hirieron, lo que hicimos para encajar, el dolor, la angustia el llanto. Lo vamos a decir, para aliviarnos y aliviar a otras, para curarnos y que otras se curen, para poner en evidencia los mecanismos siniestros de este modelo opresivo que nos imponen.
Nos vamos a rebelar contando lo que sentimos, lo que nos hicieron sentir. Todo eso que este este sistema nos hizo y nos hace, y que nos obliga a callar #porFEAS.
Podés contarlo con tu nombre o mandarnos un mensaje para que nosotras lo contemos por vos.
Dejemos de callarnos lo que duele, digamos todo lo que sufrimos #porFEAS.
Todos los días sigo sus post, sus historias de instagram, porque necesito para mí misma pilas a diario… sus palabras me amigan conmigo!!! El molde de lo.lindo y lo feo va por todos lados y nos lastima como.navaja una y otra vez. Por ejemplo, además de lo corporal, me pasó al.estudiar música. Hubo un profesor que estuvo un año entero sin enseñarme técnica en mi instrumento porque evidentemente yo no tocaba todo lo.lindo que se suponía que debía hacerlo (y en todo caso él enseñarme…). Ese dolor fue inmenso. El molde está en cada cosa…
Gracias por ayudarnos a abrir los ojos!!!
Las amo, mujeres que no fueron tapa!!!!
Me paso así en biología, trabajando en un lab. Es super doloroso.
Soy fea desde siempre y
ando x la vida contenta x mis logros y deseos
Y los fracasos y caidas me enseñan y cuando la oscuridad llega no dejo q me atrape
Es un esfuerzo, es un método
Y busco el lado bueno siempre
Y lo gozo
A los 10 años me mandaron a Dietaclub, porque estaba «enferma» de obesidad, según se me encasilló desde siempre, resulta que tenía 3 o 4 kilos «de mas», desde entonces siempre comí lo que se podía, lo permitido, lo no permitido, una tortura permanente donde la comida era todo menos alimento y placer. Muuuchos años de pelearme con esa FEA, hasta que emprendí un camino de escucha interna, y de alimentarme de otro modo, y nunca, nunca, nunca, nunca volví a contar una caloría ni a prohibirme o permitirme. Me tomó años, y veo a mujeres alucinantes perder mucha de su energía y poder en «controlar» «medir» «cuidarse».
A finales de los 90, harta de que mi cuerpo no entre en ningún molde de ropa (tengo el culo en escala más grande que mi pequeña cintura) empecé a diseñar con mi amiga Vanesa ropa y accesorios a medida: en La Chinche hacíamos prototipos de los modelos y las clientas (en general amigas) venían, elegían el modelo y la tela y les hacíamos la ropa a medida. Recuerdo que llegaban muchas chicas a las que consideraríamos «perfectas» con el problema de no encontrar ropa, yo no lo podía creer….. tanto tanto tanto de la vida de cada mujer sintiéndose inadecuada….Cuanto de nuestra energía se va por ahí…
Masomenos por esa época acompañé a mi hermana menor de 15 años a elegirse un vestido para una fiesta, recuerdo sus lágrimas en un cambiador porque nada le pasaba por sus tetas (claro, que eran más grandes de lo que se suponía), recuerdo salir y enojarme muuucho con los vendedores, ahora pienso, que tampoco deberían conseguir ropa para sus cuerpos.
Llamarnos FEAS solo para sonar, porque somos hermosas, asi, diversas y humanas, todo lo contrario es caca que se mete por los poros hasta mezclarse con nuestro sistema.
Te amé. Mil veces identificada con lo que escribiste,todo todo. Estoy aprendiendo a diseñar y confeccionar ropa, sueño con no tener que volver a sufrir en un cambiador por ropa para gente inexistente.