Ida y vuelta. Ida.
Si en algo fui inocente en la vida, casi boluda (Excuse my french)… es en creerme la maternidad rosa. A los 29 años, estaba vivendo y trabajando en Nueva York. Conocí a Fer, un argentino, pianista, me enamoré y me agarraron unas ganas tremendas de tener hijos. En realidad, toda mi vida quise tener hijos. […]