Siguiendo con el tema canas…
¿Qué pasa cuando las tienen los varones?
¿Vemos publicidades de marcas de cosméticos que los muestren infatilizados, desesperados por taparse las raíces, diciendo que no pueden andar así por la vida o presentarse en un evento?
¿Vemos publicidades de tinturas dirigidas a varones?
Claro que no, porque son varones los que ocupan los puestos de decisión en las compañías cosméticas, agencias de publicidad y medios, son varones los diseñadores de moda que imponen las tendencias mundiales que disciplinan y violentan nuestros cuerpos y son varones, la mayoría de los cirujanos que cortan y pegan los cuerpos feminizados para darles la forma que demanda la cadena de producción y consumo de cuerpos homogeneos que enriquecen a estas industrias y nos mantienen alienadas, calladitas, avergonzadas y aisladas.
Así que parece que la corporación masculina, inteligentemente, no se esclaviza a si misma.
Al contrario, la narrativa sobre varones presumiblemente heterosexuales, cuerpos, canas, construida por los dueños del sistema, dice que el paso del tiempo sobre esos cuerpos es sinónimo de belleza y virtud. Y si no, miren esta joyita de El País; si sos varón y tenés canas, sos un codiciado Silver Fox (zorro plateado), casi que es lo mejor que te puede pasar. Se cuidan bien de no usar la palabra “viejo” y ni que hablar de las que nosotras escuchamos todo el tiempo cuando se trata de nuestras canas “viejo” “avejentado” “desarreglado”, “desalineado” “dejado”, no las vamos a encontrar cuando se trata de canas y varones.
Estos mandatos no solo nos alienan, nos siembran la verguenza y nos despolitizan, también se llevan nuestro tiempo, nuestra potencia creativa y nuestro dinero que va a parar a los bolsillos de los dueños de estas Industrias que ohhh casualmente, son varones!
Esto también es opresión y desigualdad, por eso, corrernos de estas lógicas y consumos, también es político, y la rebelión sólo es posible organizadas y colectivamente.