Ella es Candelaria Botto economista, se graduó con honores de la UBA, integra el colectivo Economía Feminista, escribe, milita, enseña, inspira a miles de adolescentes, jóvenes y mujeres.
Pero para cuestionar su trabajo un varón misógino que se dirige a otro varón, la trata de “vaca colorada” ¿Si se tratara de un economista varón hubiera hablado de su apariencia?
Desde que nacemos somos evaluadas por nuestro aspecto físico, crecemos escuchando opiniones sobre la apariencia propia y de otras mujeres en nuestro entorno, en los medios y en la cultura masiva. Se opina de los looks, del peso, del peinado, de lo que sea que hable de la apariencia; a tal punto que no importa lo que hagamos, siempre se hablará de lo que parecemos.
Cosificarnos es eso, borrar lo humano, nuestra potencia, inteligencia, talento, conocimientos y habilidades, poner en el foco en si encajamos o no en el standard de belleza imposible que se impone como única vía de visibilidad y aceptación, o sea, de éxito y felicidad.
Si no encajamos, habrá personas dispuestas a señalarnos por gorda, colorada, negra, fea, tabla, tetona, peluda, y así al infinito. Nadie encaja.
De hecho la idea. Que todas tengamos que vivir con la verguenza de no encajar y seamos nosotras mismas las que nos disciplinemos y editemos para no ser nosotras y ser otras.
Desde acá, creemos que el antídoto es politizar lo privado, hacer con otras, sacar el foco de la apariencia, dejar de mirarnos como quieren que nos miremos y empezar a mirarnos y mirar a las compañeras amorosamente, mirarnos y admirarnos los talentos, la potencia, las ganas, la inteligencia, los sueños entre nosotras, y ocupar los espacios sabiendo que atrás muestro están las compañeras para sostener y acompañar.