Agradezco el silencio
que mi hijo le hable al padre y no a mi.
Escucho una voz fastidiada
ante pedidos de un niño de siete años.
Disfruto de ese fastidio,
que se dé cuenta que mi tarea no es tan sencilla.
Mientras
aprovecho el silencio
no ser yo la que contesta.
Desde que nació mi hijo
siento que vivo de prestado
comprando un tiempo que no me pertenece
que es de él.
Ser la madre suficientemente buena
es altamente demandante
y poco natural
Agradezco a la infertilidad
tener solamente un hijo
Agradezco a la ciencia
poder tener un hijo
y que mi tiempo le pertenezca
Miro por la ventana
Y me empapo de verde.
Agradezco por ese pedazo de tierra
al que llamo mío.
Todavía no lo puedo creer.