Esto nos escribe Valeria, sobre esta tapa.
«Soy puericultora, acompaño mujeres embarazadas y recién paridas.
Entro a sus hogares donde hay camas sin hacer, platos sin lavar, ojeras y olor a leche.
Mujeres que están aprendiendo a ser madres, a lidiar con todo el bombardeo de ideas y preconceptos que les llegan del afuera y les dicen como tienen que criar a sus hijos.
La tapa de revistas que más rechazo me genera es la de la modelo que parió hace «dos meses y que ya recuperó su peso, su figura, su vida y te cuenta como y cuanto entrena por día» Paradojicamente, las mujeres a las que acompaño gracias si pueden dormir un par de horas por noche y la panza esta ahí durante meses, muchos meses más que lo que nos quieren vender estas «tapas de revistas».
Cuando hacemos talleres, suelen aparecer estos temas, las revistas, los medios y la poética del embarazo, el parto y la maternidad. Muchas mujeres que dicen ¿Por qué nadie me dijo que esto era así? Porque es tan fuerte el mensaje que nos llega por todos lados, que las mujeres no se animan a mostrar y contar lo que cuenta Valeria, lo que cuentan muchas en privado, en confianza, y mientras tanto muchas mujeres se sienten peor, porque piensan que eso solo les pasa a ellas, que son malas madres, que son un desastre, que sus cuerpos no están «bien».
Basta de esto.