La moda, el Soma de cada día…

«Mili, Cualquiera te va a quedar bien, porque es de día el evento ¿entendés?Entonces cualquiera de los dos va a estar bien, a mi me encantan los dos y los dos te quedan divinos.

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No, no se que zapatos me voy a poner, pero me dijo Juli que hay un deck, o sea que no creo que haya pasto, va, no se en realidad, pero me parece que no va a haber, te lo digo porque lo que se es que taco aguja no, porque se puede meter entre las maderas, pero un taco más grueso si, chatas no, porque no da. Pero pueden ser plataformas ¿no? 

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Mirá, Jose se va a poner un vestido Corto Azul tipo eléctrico;  Vale, se pone el vestiido que se puso para el casamiento de Anto;  Fefu me dijo que no sabe, pero que seguro largo, y que estaba entre negro y azul, yo le dije que se manden fotos con Jose para no tener el mismo azul. Pau va de pollera y blusa, tipo crema y fucsia, creo que es lo mismo que se puso para el casamiento de Coni, no me gusta mucho como le queda eso, pero va así. Y yo ya te dije lo mio.

Nacho va sin corbata seguro y el novio de Fefu con moño.

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Me encanta la foto que me pasaste de la repita de Mati, que lindo el gordito con esa ropa, azul y blanco,  me lo como!…

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Yo creo que collar en Los Bados, porque ahí hay todos los colores tenés de la gama del fucsia, del verde, del azul, del turquesa, o sino unos combinados divinos, fucsia con gris, verde con naranja, hay miles, yo me compré unos tipo caramelo, porque el sobre es en ese tono. La verdad que no me convence, pero bueno, es lo que hay»

Esta conversación tenía una chica que iba sentada al lado mío en el colectivo ayer a la tarde, a través de audios de whatsap, media hora duró el ida y vuelta, y yo me bajé, es probable que haya seguido.

Hace mucho que vengo pensando en esto y en el momento en que me bajé del colectivo me di cuenta de que tenía algo para empezar a hablar.

¿Cuanto tiempo le dedicamos las mujeres a esto? ¿Cuanta energía vital se lleva la moda, el estereotipo de mujer que se ocupa de la ropa de su aspecto, la mujer que «deber ser femenina», el estándar de belleza y el negocio de la moda?

Y no solo me refiero al tiempo de hablar y ocuparse de eso, sino además al tiempo del trabajo de cada una para ganar el dinero con el cual vamos  a comprarnos la ropa, la cartera, los zapatos, el collar, las medias, la cartera, todo eso que  nos hará sentir  bien.

Ropa que se vende a precios ridículos, prendas que fueron cosidas por las manos de otras mujeres que trabajan de sol a sol y  que reciben el 10 % de ese precio porque el resto se lo lleva el marketing, la publicidad y todo eso que nos habla desde todos lados para hacernos sentir carentes, escrachos comparadas con las “modelos”, toda esa industria que nos genera necesidades que no tenemos.

¿Cuánto? ¿Cuánto tiempo de tu vida te pasaste mirándote al espejo y cambiándote de ropa porque “no te ves bien” , porque algo “no te queda bien», sintiéndote incómoda, o fea, o diferente, o inadecuada, o no encajando?

¿No será que lo que nos pasa es que no nos vemos? No será que no te ves? ¿Qué cuando en realidad te irás al espejo,  no te estás viendo a vos, estás viendo tu cuerpo en comparación con otros cuerpos, esos cuerpos de mujeres que que te muestran los medios, la publicidad las revistas, cuerpos retocados, imposibles, inviables, irreales.

¿Cuánto tiempo hablando de esto? ¿Cuánto tiempo con esto en tu cabeza? ¿Cuantas dietas? ¿Cuantas horas de actividades alienantes para que el cuerpo se parezca a otro? ¿Cuánto del tiempo que laburás en un laburo que no te llena pero que paga tu tiempo con la plata que vas a usar para comprarte el vestido, el jean de tal marca, el “make up” tal y la cartera cual?¿Cuántas veces te dijiste que no tenías “nada para ponerte” porque no tenías nada “de lo que se usa”, nada de “la nueva temporada”?

¿ Y qué pasa con el tiempo? ¿Qué pasa mientras nosotras estamos ahí mirándonos,  perdidas esa comparación naturalizada desde que nacemos? Pasa que pasa el tiempo!, la energía, la posibilidad  de pensarnos sin compararnos, de mirarnos para descubrirnos. Mientras estamos entretenidas, y somos seres que consumen y se consumen, mientras no solo consumimos lo que nos venden sino también nuestros cuerpos, la vida se pasa, la nuestra, la única que tenemos se va por ese caño, el de la insatisfacción, de sentir que siempre te falta, porque claro, las «revistas de mujeres» los medios, la cultura, se encargan de decirte que tenés que comprar máscara para pestañas para que “parezcan” más largas. ¿Más largas que cuáles? Y crema para que tu pelo no tenga ¿fris? Y depilación definitiva para que tu piel no tenga los pelos que trae, y alisado para tu pelo ondulado, y corpiños con relleno para tener más tetas;, y así al infinito porque nada, absolutamente nada de lo que sos está bien, porque si estuviera bien no necesitás nada y si no necesitás nada, no consumís, y acá se trata de vender.

No existe tal cosa que es “la moda” existe un negocio, que necesita todo el tiempo vendernos cosas que no necesitamos; y para que compremos cosas que no necesitamos es preciso que nos convenzan de que nos falta algo, mucho o todo.

¿Alguna vez te miraste al espejo sin comparar tus piernas, tu cola, tu panza con ese modelo de piernas largas y marcadas, de cola parada, de tetas turgentes? Pensalo bien, alguna vez pudiste mirar tu cuerpo sin comparación? Solo mirar, sin juzgar nada, aceptar lo que es, descubrir como és, sin querer cambiarlo, solo mirar, sentir. ¿Lo hiciste alguna vez?

Para nosotras es un trabajo  desnaturalizar mirada comparativa, mutiladora, -me sobra esto, me falta lo otro-, porque todo el tiempo estamos viendo imágenes de mujeres semi desnudas con cuerpos torneados como esculturas solo que en lugar del cincel se usa el photoshop, mujeres que exhiben cuerpos que el 80% de las mujeres no tienen. Eso que la mayoría no tiene es un ideal. ¿Linda trampa no?

¿Nunca te preguntaste porque la ropa de las mujeres exhibe mucha más piel que la de los hombres? ¿A quien benéficia tu piel expuesta? Y no me refiero solo expuesta a la mirada de los otros, me refiero expuesta al medio. La piel, eso que nos separa, que es nuestro borde. La piel que es órgano sensible, dispuesta. ¿Nunca te preguntaste por qué no se usa que los hombres expongan su piel?

¿Porqué la moda para las mujeres siempre implica la incomodidad? Para eso existe ese dicho ridículo que dice que “la moda no incomoda” ¿a quien no incomoda?

La moda propone para las mujeres prendas que aprietan sus cuerpos, los ciñen, los marcan. ¿Qué sensación da eso? ¿En que se convierte eso en nosotras? ¿Cómo lo naturalizamos? Zapatos que modifican la forma los pies, arruinan la columna, no te permiten correr ni caminar con comodidad, prendas que no te permiten mover el cuerpo con libertad. ¿A qué te suena?

¿Por qué la ropa interior de las mujeres cubre una parte tan pequeña de los genitales? Y ¿Por qué la de los hombres es amplia y cómoda? ¿Probaste alguna vez usar ropa interior como la de los hombres?

Toda la ropa inclusive la deportiva ciñe, aprieta, marca los cuerpos de las mujeres, los sexualiza los expone. ¿Por qué? ¿alguna vez te preguntaste si querés eso para vos?

Perdemos la comodidad desde niñas, la ropa empieza a ser no solo un tema que ocupa nuestro tiempo y drena nuestra energía sino además una incomodidad que naturalizamos.

¿Como se constituye la subjetividad de unos y de otros si unas tienen el cuerpo aprisionado, y otros lo tienen libre?

Hace un tiempo que vengo pensando que la moda, entendida como el mercado de la moda, el negocio, es una especie de  opio para nosotras, nos aliena, nos adormece la sensibilidad, nos entretiene, nos ocupa, nos nubla el entendimiento, se lleva gran parte de nuestros ingresos, y se convierte para muchas en una adicción.

Creo que la moda es el soma de las mujeres, como diría Huxley.

Cada vez que digo esto  muchas mujeres reaccionan como si las estuviera acusando, cuando en realidad no se trata de eso, todas hemos nacido en esta cultura que nos propone vivir de esa manera, que nos vende el soma. La propuesta es compartir, la experiencia, ya que  publico mis ideas cuando son el resultado de haberme interpelado largo  y haberlas puesto a prueba, en general son la consecuencia de haber experimentado con ellas, de haberlas llevado a la acción. Por ejemplo en este caso, después de haber probado no comprar ropa  por más de un año, después de no usar accesorios, ni maquillajes ni zapatos incómodos, ni ropa interior que no me cubra cómodamente, por el mismo tiempo. Después de haber dejado  de usar todo tipo de prendas que me generan incomodidad, de no usar lo que no necesito, de alivianar lo que llevo sobre mi cuerpo.

Algo así como una desintoxicación, algo que me permita hacer una especie de reset, para volver a elegir, y la verdad es que tuvo un efecto parecido a cualquier detox, desnaturalizar una forma de mirar, de percibir, de habitar el cuerpo.

Es una  experiencia que parece simple y en verdad resulta muy  profunda porque involucra al cuerpo, al registro de nuestro cuerpo, su percepción, su memoria, pero también las emociones y las raíces emocionales de los hábitos lo que creemos sobre nosotras, la forma en que nos relacionamos con el cuerpo.

Hacer con eso, cambiar eso, abre puertas mentales, permite sentir distinto, y si sentimos distinto, pensamos distinto y ahí es posible  poner  a prueba las pequeñas y muchas veces absolutas certezas personales que nos limitan en la posibilidad de conocernos y saber más sobre nosotras mismas.

Ya que no es lo mismo ser consciente de las cosas y decidir, que seguir en la inconsciencia pensando que somos conscientes.

Por eso este texto es más que nada una invitación a desnaturalizar y experimentar, a dejar el opio, por lo menos por un rato, para ver que pasa. .

Lala Pasquinelli

5 comentarios en “La moda, el Soma de cada día…”

    1. Gracias! Que buen desafío! A lo que da miedo hay que entrarle de a poco pero entrarle. ¿No? Pensar en la magia que sucede cuando nos exponemos a lo que no conocemos, pero nos está llamando! A por ello. Abrazo y gracias por este comentario!

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