¿Qué lleva a una mujer a arriesgar su vida en una cirugía para verse mejor?
¿Qué lleva a una mujer a gastar el dinero que ahorró con el esfuerzo de su trabajo en una cirugía para modificar su apariencia?
¿Qué lleva a una mujer al quirófano para que alguien con título de médico, guardapolvo blanco y mucho hambre de dinero le abra la carne con un tajo para sacarle “la grasa que le sobra”?
¿Serán las miles de imágenes que vemos en las redes? ¿Imágenes de influencers, de modelos, de revistas y publicidades que muestran a mujeres jóvenes, delgadas, con la panza chata y ridículamente plana, con el cabello largo, sonriendo bajo el sol del verano -casi siempre- en otro continente, con las curvas editadas y la piel lisa?
¿Serán las miles de publicidades mostrando esos mismos cuerpos que se someten a la edición del laser, del bisturí, de las terapias de frío, de calor, de electricidad o de lo que sea para alcanzar ese cuerpo que “nos hace sentir lindas”?
Esas imágenes no venden solo cuerpos homogéneos, venden un modelo de felicidad. Un modelo que viene con un manual cortito que dice que para que sucedan las cosas que dan felicidad (ser aceptadas, admiradas y valoradas, enamorar a un hombre y tener bebitos), para que eso suceda, primero que nada tenemos que ser lindas,y ser lindas es el nuevo paradigma del empoderamiento “a través de la belleza”. Queremos que todas las mujeres se sientan lindas, escuchamos decir a las marcas de cosmética, de ropa y a las “influencers”, esa nueva profesión que prolifera en el mundo en que reina lo banal y lo superficial.
Pero volvamos al modelo.
¿Qué es ser linda?
Ser linda es ser una “bomba” “sexie “fuego·” ¿Y qué es eso?
Es lo mismo de siempre, detener el tiempo, parecer siempre de 25 años, sin importar la edad que tengas, ser flaca a costa de lo que sea, tener el pelo lacio y la piel blanca y súper lisa: sin arrugas, pelos, pecas ni nada que haga que tu piel se parezca a una piel humana de una persona que está viva. La belleza hoy está más del lado de la muerte que de la vida. Basta con mirar las producciones de moda, las propuestas para el cabello, para detener el tiempo. Pocas cosas hablan tanto de la muerte como esas propuestas.
La belleza hoy está más del lado de la muerte que de la vida, basta con mirar las producciones de moda con sus cuerpos descarnados de brazos caídos, manos inertes, rostros inexpresivos, las propuestas para el cabello, y todo lo que se ofrece para detener el paso del tiempo. Pocas cosas hablan tanto de la muerte como esas propuestas.
Y cualquier cosa que se salga, que se corra un centímetro de ese modelo, no es belleza. Y si no existe esa belleza, no hay felicidad, no hay posibilidad de agradar ni de ser mirada ni aceptada por una sociedad que nos disciplina con la mirada, con los comentarios, con los talles, con las imágenes que nos bombardean.
El manual de este modelo de felicidad también dice que vos podés, vos podés “Mabel”- como escribió una de las referentes de este modelo, te lo dice Jimena, Rocío, Pampita, Sol, la China, Nicole, y las que sean, todas te dicen que vos podés.
¿Qué es lo que podés?
Encajar. Entregarle tu vida al modelo como lo hicieron muchas mujeres como ellas y otras antes que ellas y otras antes también.
¿Qué es vos podés?
No es aceptarte, no, eso es para las vagas; hay que encajar. El mensaje es que todas podemos encajar, el mensaje dice mirá si yo lo hice, si yo decidí sacarme costillas, operarme la cara, meterme plástico en el cuerpo, paralizar mis músculos faciales, pasar las mejores horas de mi día haciendo abdominales, comer dos hojas de lechuga y privarme de todos los goces para ser linda, vos también podés.
Si no lo hacés no vas a ser feliz; ese es el mensaje y además, la culpa es tuya, por vaga.
“Qué vaga que sos, no te merecés la felicidad” “El que abandona no tiene premio” escribió otra influencer en su perfil de Instagram.
Pero como el manual es un sistema de opresión perfecto, también trae instrucciones para eso, el plan B para “las vagas”, si sos vaga podés pagar para que te editen con bisturí, rayos, agujas, electricidad y todos los elementos de tortura que te puedas imaginar.
Sí, duele. Sí, es caro. ¿Pero qué querés? “No hay mujeres feas, hay mujeres pobres” escribieron por ahí y refrendó otra “influencer”.
¿Querés ser feliz o no? Esforzate, querida.
Y ahí termina de cerrar el modelo, te enseñan cómo perder tu energía vital y el dinero que ganás con las horas de tu vida trabajando en algo que probablemente ni te guste, para pagarle a un doctor o a una doctora para que flagele, lastime, oprima y violente tu cuerpo. Con suerte no te morís en la cirugía. Sin suerte te morís en la cirugía. Y también va a ser tu culpa, “por vaga y por superficial”.
Ese modelo está llevando a la muerte a las mujeres.
En un par de meses, nos enteramos por los medios de dos casos. ¿Cuantos más habrá?
Esta semana salió la noticia de la muerte de Romina, tenía 32 años, y era la mamá de tres hijos, se murió a causa de una cirugía de liposucción. La nota decía que ahorró durante un año $ 50.000 para hacerse una liposucción porque quería “recuperar el cuerpo después de sus tres embarazos» un texto muy parecido a los que aparecen en las noticias de estos mismos medios cuando alguna de las mujeres del mundo del entretenimiento aparece a los pocos días de haber parido mostrando su cuerpo.
excelente nota
Es difícil objetivar que la belleza es un mandato externo. Hemos crecido con un ideal de belleza mezcla con ideal de salud. Y desbrojar eso, es un desafio
Buenísima nota
Excelente la nota. Es lo que yo pienso!!! Éstas mujeres que proclaman ese «modelo de belleza» viven para su cuerpo, viven de las apariencias pero yo me pregunto si realmente son felices llevando una vida para la vidriera, mucho envase, poco contenido, mucho «lindo» cuerpo, poco cerebro.
Excelente nota. Es muy difícil salir del modelo. Creo que lo grave es la autoestima tan baja de las adolescentes. Hay que trabajar ahí.
Geacias por la nota, este sistema oprime a las mujeres para modelarlas a imagen y semejanza de un estandar Standard de belleza superficial. Al mismo tiempo, muchísimas mujeres viven en la exclusión y marginalidad presas del mismo sistema desigual, ellas no son tapa salvo algunas estadisticas aisladas. Necesitamos juntas recorrer otros caminos con mayor justicia y equidad.
Muy buena la nota! El tema también sería dejar de considerarnos y/o definirnos a través, por y en función de estos ideales de belleza. Quiero ser considerada por mi talento, por mis pasiones, por las cosas que hago bien, etc etc y no por lo físico. Un hombre jamás sería considerado bajo el lente de la belleza.