Hogar, ¿dulce hogar?

Nos vinimos a vivir acá casi sin conocer Madrid.
Llegamos en enero de 2019 con nuestros dos hijos pre-adolescentes 😓. Buscamos un Airbnb solo para tener un lugar donde aterrizar que nos permitiera alquilar un departamento con cierta calma. 


El barrio al que llegamos no era lindo, la verdad, pero estaba cerca de la escuela de los chicos. Lo primero que me impresionó es que el Airbnb no tenía escaleras. Yo di por hecho que íbamos a poder subir las 8 valijas en un ascensor… y no, querida.


En España a los departamentos los llaman pisos, así sean un sucucho. Lo aclaro porque en Argentina un piso es cuando el departamento ocupa toda la planta.
Cuando logramos irnos del Airbnb nos mudamos a un piso también sin escaleras y bastante oscuro. Lo peor fue el verano ya que tampoco es tan habitual tener aire acondicionado en las habitaciones. Yo, que suelo dormir como un tronco, no podía pegar un ojo hasta las 2 o 3 de la mañana, que es cuando realmente baja un poco la temperatura. El calor seco de Madrid es lo más parecido a un horno a 200º que conocí. 


Me parece que una suele idealizar cómo se vive en los países más desarrollados ¿no?
En Madrid los alquileres son caros aunque no tanto como en Londres, Paris o Amsterdam. Madrid es una ciudad que tiene poca oferta y que está en un proceso de gentrificación bastante claro. Si bien hay algunas cuestiones reguladas, como los topes de aumentos para los alquileres, al escasear la oferta, los precios suben y la gente está empezando a perder la paciencia con eso. Se está hablando de implementar leyes que regulen los pisos de alquiler como Airbnb y eso va a cambiar la ecuación. Les dejo dos de los sitios más comunes para buscar alquiler o compra de propiedades en todo España: https://www.idealista.com/ y https://www.fotocasa.es/es/ 


Lo genial de Madrid es que está súper bien conectada con metros (subtes), autopistas, trenes y buses. Con lo cual, es una gran opción vivir en la periferia, en la sierra o en los pueblos de alrededor. Todo es bastante cerca y hay muchas alternativas accesibles.


Otra buena idea, es pensar en ciudades como Valencia, Bilbao, Málaga y más, que tienen todo lo que una pueda necesitar, como escuelas, centros de salud, bancos, bares, etc. Incluso muchos de estos lugares tienen aeropuertos y trenes rápidos. Sinceramente a nosotros no se nos ocurrieron esas opciones y están buenísimas. Sobre todo porque se consigue todo mucho más barato que en Madrid y ¡encima! algunas tienen mar.


En nuestro caso, algo muy bueno que nos pasó fue que pudimos vender nuestro departamento de Buenos Aires hace un par de años. Y con esa plata, pudimos pedir una hipoteca y comprar nuestra propia casa. Pagamos de cuota exactamente lo mismo que cuando alquilábamos. La terminaremos de pagar cuando tengamos más de 70 años, pero no nos importa. 
El tener nuestra propia casa en Madrid es algo que aún nos cuesta creer. Nos dieron una hipoteca muy accesible y me siento muy agradecida de haber tenido la posibilidad. Estas son las cosas que se valoran mucho de vivir en un país donde es común que la gente pueda acceder a créditos. 


Por momentos siento que mi casa sigue siendo Buenos Aires, aunque la última vez que fuimos, ya me sentía un poco extranjera. Cuando lo que uno considera casa te expulsa, por la dificultad de llegar a fin de mes, por la imprevisibilidad, por lo peligroso de sus calles, es muy triste. 


En definitiva, lo que más cuesta de conseguir casa fuera del país de una, es que se sienta como “casa”. Lleva años sentir que estás en un lugar familiar. Aunque uno no deja de ser del todo extranjero, de a poco, vamos conociendo los lugares, los transportes y las costumbres, que no son tan diferentes a las nuestras. Además, se consigue yerba, tapas de empanadas y dulce de leche, lo cual ayuda. Y somos tantos los argentinos que vivimos acá, que es muy común escuchar “che” o “boludo” por la calle. 


Por último, nosotros estamos muy contentos de vivir acá. La verdad es que los españoles viven muy bien, con mucha estabilidad. No tengo claro si lo saben, ya que se quejan bastante e incluso hablan de crisis. Y cuesta entender a qué crisis se refieren. 
Para nosotros valió la pena la emigración. Y por algo nos vinimos, a pesar de las dificultades y de extrañar a Mi Buenos Aires querido, ¿cuándo yo te voy a volver a ver?

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