Hermana soltá la fantasía

¿Qué sería del vínculo con nuestras madres y con nuestras hijas si no estuviéramos arrasadas por el imaginario de la madre nutricia, la madre amorosa, la madre sacrificial y sacrificada, la madre llena de bondad, la madre abnegada, dispuesta siempre a la renuncia de si misma en pos de la vida feliz de les hijes?

¿Cuantas horas de terapia hablando de la madre y cuanto daño ha hecho la teoría psicoanalítica y ciertas ramas de la psicología tradicional y patriarcal que siguen poniendo sobre los hombros de las madres el peso de la felicidad de les hijes?

¿Cuanto daño han hecho los discursos de la autoayuda y terapias alternativas que nos hablan de  “sanar el vínculo con la madre”,  sanar el linaje femenino y sarasasa?

La madre, que nudo en nuestras vidas la madre. 

¿Qué tiene el feminismo para decir de este vínculo? Bueno, no hay tanto escrito, quizás porque nos es difícil, porque la fantasía y el deseo de tener una mamá buena, como Caroline Ingalls o Rebecca Pearson de This is us nos atraviesa a todas.

A nosotras desde MQNFT nos interesa mucho meternos a desenredar este ovillo plagado de expectativas, mandatos y también violencia. 

Creo que el principal aporte que podemos hacer a esta conversación es la construcción de una mirada sobre la madre que la humanice, no en el sentido de que la vuelva buena, en el sentido de que la vuelva “otra”,  que la vuelva persona humana, como vos, como yo, como cualquiera, una persona genial o de mierda, o las dos cosas al mismo tiempo, una persona como cualquiera.

Otro aporte sería, además de entender que la maternidad es constitutiva de la identidad de las mujeres, pasar a entender que las madres son valoradas como buenas madres, si son capaces de producir hijas obedientes al ideal femenino, hijas que encajen. Por ser capaces de eso van a ser valoradas por sus parejas, sus familias y comunidades. Esa presión es grande, no tantas tienen con que (simbólica, material y psíquicamente) resistirla. Te puede gustar más o menos, pero es lo que es. 

Quizás un tercer aporte sea, en el proceso de humanizarlas, conocer sus historias, sus dolores, lo que las avergüenza. Nuestras madres también son hijas, ¿qué sabemos del vínculo con sus madres? ¿Qué sabemos de las violencias que sufrieron, de los abusos físicos y psíquicos? La violencia, no justifica nada, ningún accionar, pero explica, nos permite entender, y entender alivia, y es el paso previo para tomar decisiones que nos sirvan. Lo digo otra vez por si no se entiende, sin justificar nada. 

Otro aporte, práctico, concreto, tendiente a poder mirar a estas mujeres sin expectativas, puede ser trabajar para alcanzar algunos entendimientos:

  • Parir o traer una persona al mundo no provoca ninguna transmutación genética que convierta a la que pare en la Virgen Maria. Ser madre no te vuelve buena, ni hábil, ni te prepara para nada. 
  • El instinto materno no existe, ni en la naturaleza ni en la raza humana. Hay mucha bibliografía sobre esto. 
  • Las madres son personas. Eso quiere decir que pueden ser buenas y/o malas, violentas y/o amorosas, abusivas y/o contenedoras. La madre es una persona que por los motivos que sea, aterriza a una persona en el mundo, por motivos muy muy variables, no demos por sentado el amor o el deseo como motivo. 
  • No demos por sentado el vínculo desde ningún lado.
  • El vínculo con la madre se construye, como cualquier otro. ¿Te seguirías vinculando con alguien que te maltrata, te abusa o abusó física o psíquicamente? ¿Con alguien con quien no podés establecer una relación de reciprocidad? Si no lo harías con gente de fuera de tu familia, no existen motivos para que lo hagas con gente de tu familia. 
  • No venimos al mundo con un talonario de tickets que dicen “vale una madre buena y abnegada”, “vale por un padre amoroso y presente”, “vale por una familia como los Ingalls”, “vale por un buen laburo”. No. La vida es difícil.  Toca lo que toca en un mundo en el que la mayoría de las personas están dañadas por la violencia que recibieron y reciben.  
  • La gente, y las madres son gente, pueden lo que pueden, y son lo que son, y puede ser que no te guste lo que puede tu vieja ni lo que es, es triste pero es así, y no va a cambiar por más fuerte que lo imagines y por más charlas que tengas. Para que haya un vínculo sano se necesita la voluntad y el laburo de dos o más. 

Hermana soltá a tu vieja, viví tu vida, soltá la fantasía de la madre amorosa, la madre comprensiva, contenedora o compañera, puede ser que te toque una madre así, pero lo más probable es que no. Ya fue, hizo lo que pudo, hiciste lo que pudiste, hay que dar vuelta la página y seguir con lo que sigue. Somos adultas, salgamos de la expectativa y soltemos la tutela y la queja. 

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