Hace pocos días se cumplieron 9 años que soy oficialmente migranta e, indefectiblemente, por estas fechas recuerdo los primeros meses acá, los trámites y burocracias a pesar de ser una privilegiada que vino a estas tierras con nacionalidad española.
Siete u ocho meses antes del viaje me fui manija al consulado de España en Buenos Aires a preguntar cómo era el fato para tramitar el DNI, porque cuanto antes lo tuviera, antes podría laburar. Ahí me enteré que, como soy española nacida en el extranjero, no podía hacerme el DNI hasta no tener domicilio registrado en España. Pregunté entonces qué documentos iba a necesitar para tramitarlo y la empleada me informó que tenía que llevar la “partida literal de nacimiento”. Le pregunté si con ese documento era suficiente, si estaba segura. La tipa automáticamente cambió el semblante y se puso súper seria: -sí, estoy segura… ¿ves esa puerta que cruzaste al momento de entrar en este establecimiento?, bueno a partir esa puerta estás en España…- Le pedí disculpas e intenté explicarle mi situación y por qué era tan importante el tiempo para mí, pero no me dejó terminar… -Esto es España, ¿entendés? ES-PA-ÑA- Sacó el papel de la impresora, lo selló me lo dio y no me gritó ¡Atrás! cual Gasalla, pero no le faltaron ganas.
Cuando llegué a España agilicé todo al toque: me empadroné, saqué cita en la policía para tramitar mi tan esperado DNI y allá me fui, con mi pasaporte español, el empadronamiento, y la “partida literal de nacimiento” expedida en ES-PA-ÑA. El policía que me atiende, mira la hoja y me dice: -no, esto no te sirve. Las partidas literales de nacimiento tienen una validez de tres meses, esta tiene más de siete. Además, debe especificar debajo el fin para el que se expide, en tu caso que es para tramitar el DNI – Qué ganas tuve de tener a la tipa que me atendió cerca en ese momento, para que se coma el papelito expedido en ES-PA-ÑA y se estriña por una semana… La joda de pedir la copia correcta tardaría mínimo dos meses, porque tenían que pedirla por correo al consulado de ES-PA-ÑA en Buenos Aires.
4 años más tarde volví a Argentina de visita, y no pude evitar pasar por el consulado, porque no soy rencorosa, como dice Mirtha, pero sí memoriosa. Les llevé de regalo una caquita de cerámica que envolví con la partida literal de nacimiento expedida en ES-PA-ÑA y les agradecí su magnífica y eximia labor.