¿En qué gastamos la plata las mujeres?

Es probable que este texto consista más que nada en preguntas… y no pretendo responderlas… Menos pretendo abarcar todos los rubros que la pregunta del título seguramente incluye.  

Con suerte, bueno, en realidad, con dedicación y paciencia, cada una podría intentar responder, desde su propia economía, en qué gasta su plata.  Yo ahora quiero enfocarme en un rubro: la cosmética.  Porque una frase del libro de Lala me impactó, se me quedó clavada como una espina en la planta del pie: “Durante 2022, y solo en América Latina, la industria cosmética facturó cincuenta y dos millones de dólares” (Lala Pasquinelli, La estafa de la feminidad, 2024). Enseguida pensé que eso es mucha plata y, también que, a esa plata, la necesitamos para otras cosas.

¿Quiénes pagan esos productos? ¿De qué billetera sale ese dinero? ¿Existe la posibilidad de que consideremos innecesario alguno de los productos cosméticos que compramos? ¿Existe la posibilidad de que dejemos de desear tenerlos? Alguno o algunos, no pensemos en todos (desodorante y pasta dental mejor quizás mantener).

¿Qué nos falta por querer tener tantos de esos productos? ¿Qué dejamos de hacer por la plata que se nos va en comprarlos y el tiempo que nos insume conseguirlos y usarlos?

Me gusta pensar al revés.  En vez de proponerme dejar de hacer algo, en vez de pensar que me privo voluntariamente de algo que quiero, invitarme a identificar si hay otra cosa de la que tengo más ganas todavía.  Creo que así dejé de ir a la peluquería a hacerme reflejos (hace muchos años, no tenía canas todavía).  Me di cuenta que me llevaba mucho tiempo y registré que quería usar ese tiempo y esa plata para otra cosa que disfrutara o necesitara más, me aburría profundamente y el costo era mayor para mí que el beneficio. Prefería dormir, leer, juntarme a charlar con una amiga, hacer un deporte.

¿Se imaginan que las cosas que queremos hacer en nuestro tiempo libre nos dejen menos tiempo para enriquecer a la industria de la cosmética?  ¿Se imaginan que no nos quede tiempo para eso porque la pasamos genial haciendo algo que nos encanta hacer o probando hacer algo que nunca hicimos? Sería algo así como preguntarnos: “este sábado, dedico unas horas de la tarde ¿a ir a la peluquería o a andar en bici? ¿a que me hagan las uñas o a mirar una película en el cine o en la tele? ¿a comprar maquillaje y maquillarme con esmero o mejor salgo a caminar, transpiro y cuando vuelvo me doy una ducha y me tiro a leer?”. Cada una con sus gustos, posibilidades y ganas de explorar.

Porque ni nuestra plata ni nuestro tiempo son infinitos y, si los usamos para una cosa, no los podemos usar para otras. Generalmente decimos que tenemos poco tiempo y plata para nosotras y, encima que nos resulta escaso, quizás utilizamos estos recursos tan valiosos de una manera no tan favorable para nosotras mismas. Quizás no queremos caer en el todo o nada, o en el siempre o nunca. Quizás podemos parar y elegir con más detenimiento de un modo que nos resulte más disfrutable, más satisfactorio, más auténtico y personal.  Y, ese camino, quizás (espero) nos ayude a respetarnos entre nosotras en nuestras búsquedas y elecciones.

Deja un comentario

Carrito de compra
Abrir chat
💬 ¿Necesitás ayuda?
Hola 👋🏻 Estamos disponibles para ayudarte!