Pensé que había salido la “Barby Susana”. Pero no, y esta imágen me recordó que cerca de los treinta y cinco descubrí las primeras manchas en mi piel, primero en la cara, después en el pecho, las manos, y también empecé a registrar arruguitas, pliegues, todo lo que trae el paso del tiempo.
Las manchas me preocuparon, como si hubiera algo malo ahí “La piel sana” que nos muestran por todos lados no se ve así. Después pensé en la piel de mi madre, de mis abuelas. Las mismas manchas en sus rostros, cuellos, manos. Amo esas pecas, esas arruguitas, esas mujeres. Me encantaría ver más de eso.
¿Dónde están esas pieles, esas manos, esas arrugas? ¿Dónde están las mujeres que no parecen siempre de 25 años? ¿Dónde se cuentan sus historias?
El modelo de mujer ideal y visible exige juventud. Si no hay juventud, no hay belleza y si no hay belleza no valemos nada porque básicamente estamos para agradar a la vista. Sin embargo, para muchas de nosotras el paso del tiempo trajo experiencias, transformación, perdimos ingenuidad, ganamos confianza, autodeterminación, conciencia y poder.
Muchas no volveríamos un solo minuto atrás en nuestras vidas porque cada día vivido es un paso hacia nosotras mismas y hacia nuestra libertad. ¿Por qué ese relato sobre la vida de las mujeres no aparece? ¿Será que le tienen miedo a esas mujeres?