Pasado el 14 de febrero y esa celebración que se ha dado en llamar «el día de los enamorados» o «San Valentín», y de cara al 8 de Marzo, nos juntamos a hablar de esto y a pensar en el amor. No en el amor romántico. No. No en ese modelo de amor donde nosotras esperamos que venga un príncipe a conquistarnos.No. Ni ese en el que cuanto más sufrís es porque mas enamorada estás. No. Ni tampoco ese en el que el héroe nos devuelve a la vida con un beso. Ni el que nos propone encontrar una media naranja. No, ese tampoco. Nada de eso.
Pensamos en el amor que circula entre las mujeres, de mil diferentes maneras, pensamos en el amor que circula entre nosotras y todas esas mujeres que nos construyeron. Esas que recordamos y admiramos porque con mucho o con muy poco, nos enseñaron algo, nos ayudaron, nos inspiraron, nos dieron una mano o muchas, quizás sin saberlo.
Se trata por ejemplo de esas que pasan por un segundo para decirte algo que te cambia la vida, o esas otras que te apoyan siempre, las que se hacen sentir bien con un plato de comida caliente, y también esas geniales te hacen de espejo. Todas esas Mujeres que no fueron tapa, pero fueron esenciales para que nosotras estemos hoy vivas haciendo lo que hacemos.
Así que ahí nomás, en círculo, las nombramos a todas, desde la maestra de tercer grado que nos elogió lo que escribimos y nos hizo seguir escribiendo, hasta la jefa que nos aconsejó bien en nuestro primer trabajo, la abuela que nos amó sin condicionamientos, la hermana que siempre está, la mamá que inspira, la señora que nos dió un abrazo en el momento justo para seguir viviendo, la mentora que nos abrió puertas, la vecina que nos ayudó cuando nos divorciamos, la escritora que nos abrió la cabeza, la amiga que siempre nos dice «vos podés», y así las fuimos nombrando y contando de ellas, y se hicieron visibles para todas las que estábamos ahí.
Fue en ese momento que una de nosotras preguntó ¿sabrán ellas lo que hicieron por nosotras? ¿Alguna vez les dijeron a estas mujeres lo importantes que fueron para ustedes?
Y la respuesta de casi todas fue que no.
No. No se lo dijimos. No lo saben. No.
No saben que un día nos dijeron la palabra justa en el momento indicado.
No saben que nos sostuvieron cuando hizo falta.
Ni saben cuando nos construyeron con una palabra.
No. No saben que se vistieron de buzo y nos fueron a buscar cuando estábamos en el fondo del mar,
No. No les agradecimos por despertarnos cuando estábamos dormidas,
No les dijimos que nos abrazaron cuando era indispensable.
No. No lo saben
Muchísimas de ellas no lo saben. Las que están, las que no están, las que conocemos personalmente y las que no.
No se lo dijimos.
Y entonces nos hicimos la pregunta.
¿Qué pasaría si lo dijéramos?
¿Qué pasaría si ellas lo supieran?
¿Qué sucedería si el amor circula y lo hacemos visible y las hacemos visibles a ellas y en ellas nos vemos nosotras?
¿Qué pasaría si hacemos visibles esas redes amorosas que conforman la vida de las mujeres?
¿Cómo se siente saberlo? ¿Cómo se siente decirlo?
Y como no nos gusta quedarnos con la duda, queremos pasar estas preguntas a la acción y que nos ayuden ustedes que nos leen y nos acompañan.
Así que pensamos esta campaña para que cada unx piense quienes han sido esas mujeres en su vida y se lo hagan saber.
¿Cómo?
Pueden usar una de nuestras postales o simplemente etiquetar o nombrar estas mujeres en sus muros, usando los hashtags #Deciseló #MujerQuieroDecirte #MujeresQueNoFueronTapa y etiquetándonos en la publicación, o compartiéndonos sus historias.