Campaña Hermana Soltá la Panza – Parte 3

#HermanaSoltaLaPanza

¿Qué más nos roba el mandato de belleza y delgadez? La posibilidad, el derecho a ocupar nuestros espacios, a creernos merecedoras de dar una clase hermosa para otras. Nos roba la confianza en nosotras mismas.

Soltar la panza es decirle que no a ese modelo, calzarnos las calzas, los shorts, las mallas, el traje, el vestido, lo que sea y salir a la calle a dar lo que tenemos para dar, a hacer lo que queremos, disfrutar, trabajar, enseñar lo que sabemos, decir lo que necesitamos decir, sin esperar a ser las que nos dicen que tenemos que ser.

¿Se imaginan cómo sería el mundo si todas nosotras pudiéramos hacerlo?


#HermanaSoltaLaPanza

No, no estamos llorando, se nos metió la campaña en los ojos. Todas las que alguna vez estuvimos ahí, del lado de la vergüenza, el asco, el odio hacia nosotras mismas por no encajar, sabemos lo que implican los gestos que nos liberan.

Sabemos que hacia el orgullo de ser quienes somos se camina por un camino que tiene muchas curvas, vueltas, y cuestas empinadas. Sabemos que se avanza con gestos como estos, y que ese camino se camina con otras que apoyan y legitiman nuestro hacer y nuestra voz.

Entre todas, las que mandan las fotos, las que escriben, las que comentan y comparten vamos siendo esas otras que empujan y sostienen. Y entre todas vamos hackeando el modelo. Vamos que vamos. ¿A alguna más le está pasando algo de esto?


#HermanaSoltaLaPanza

Aun cuando nos cuidemos de no opinar sobre los cuerpos ajenos y pensemos que solo aplicamos los prejuicios más violentos sobre nosotras mismas, la forma en la que actuamos, cómo nos pensamos y miramos en el espejo, lo que nos permitimos y nos prohibimos no solo nos afecta a nosotras.

Cada vez que nos negamos a aparecer en una foto, descartamos una prenda porque «no es para nuestro cuerpo», hablamos mal de nuestra apariencia, estamos dando un mensaje a quienes nos rodean: si tu cuerpo se parece al mío, merece ser juzgado con la misma dureza.

Lo reciben quienes nos rodean -en especial las niñas y niños- y esto comienza a moldear su autopercepción. Si hablo mal de mi cuerpo, si me niego, el disfrute, si creo que no merezco ser visible, amada o reconocida, ¿qué les estoy diciendo a las mujeres que se me parecen?

#HermanaSoltáLaPanza es una liberación personal y colectiva. Es una mecha que se enciende en cada una y llega más lejos de lo que creermos. Porque, como dice @sonyareneetaylor Sonya Renee Taylor, la vergüenza corporal es contagiosa, pero el amor por nosotras mismas también.

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