La cultura de la escases, de la dieta, del culto a la extrema delgadez, del modelo de cuerpo único, del standard de belleza que mata, del sinsentido, del consumo de nosotras mismas y del alineamiento, esa cultura que nos mutila el disfrute y la energía vital, la que nos despotencia, nos quieren convertidas en zombies, usando nuestro y tiempo y energía para contar calorías en lugar de habitarnos y ser.
Esa cultura que nos despolitiza y aliena, se nutre, perpetua y alimenta también con pseudo noticias de este tipo.
En un contexto en el que los casos de trastornos relacionados con la percepción de nuestros cuerpos como bulimia y anorexia no paran de aumentar, aparecen estas pseudo noticias, acompañadas por imágenes de mujeres, por supuesto, siempre.
Comer tierra para adelgazar. ¿En serio? Tierra, nos quieren comiendo tierra.
Dejar de desayunar para adelgazar. ¿En serio? Y nuestra energía?
Ayunar 21 días y alimentarnos del sol y de la luz. ¿de verdad?
La violencia sobre nuestros cuerpos se sofistica, utiliza herramientas más sutiles.
Si no comemos no vivimos, comer, comer con placer, disfrutar de alimentarnos, de los sabores que nos gustan, ritualizar nuestra alimentación, saber preparar lo que nos gusta son gestos vitales, nos mantienen con vida, es parte de la resistencia a este modelo que nos quiere desnutridas, comiendo tierra, desvitalizadas, sin energía para la rebelión.
Es una falta de respeto a les que pasaron, están pasando y pasarán hambre.