Abundancia pordiosera

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De Mariana Maccari

Una sesión con el psicólogo me sale dos lomos o media billetera de cuero. El colectivo lo pago a un alfajor y medio (no, un alfajor porque el precio no subió todavía).

La práctica diaria de yoga me sale 7 viajes en taxi a la terminal y mi hora me vale dos kilos y medio de bananas. Soy docente y me encantan las bananas.

No me gusta ahorrar porque la plata es acceso y vida y cosas, pero no prendo la calefacción en invierno porque usar gas es quemar la plata.

Casi me compro un auto, pero para qué tenerlo si siendo docente voy gratis en colectivo a mi trabajo a 100 kilómetros. Nada le gana a dormir, leer, hacer amigos en el viaje, todo GRATY.

Gracias a dios falló la fertilidad y me dio tiempo de calcular los hijos que cuestan zapatillas, tiempo, carga mental, cuidados y energía que yo no tengo. Entonces invierto en dos gatos que me salen como la verdura del mes más gastos veterinarios inciertos.

Vivo en una abundancia de caos donde no se escatima en lo que hace bien pero tampoco se gasta en lo que solo cuesta.

Fuimos al recital de System que nos costó más caro que la cirugía de útero pero más barato que el diagnóstico de neurodivergencia.

La plata aparece en la cuenta y me la quito de la vista para vivir como puedo y con poco. . Con los meses la pared sigue descascarada para no gastar plata, pero el año que viene me voy de vacaciones a Punta Cana.

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